La Universidad Pedagógica Nacional, nació hace cuarenta años para atender la necesidad de superación profesional de los docentes mexicanos y realizar investigación científica en el campo educativo.
Como resultado de su origen, la UPN adquirió un carácter plenamente universitario y se transformó en una vía de ascenso profesional y social para innumerables maestr@s a lo largo del país.
Sus investigaciones en torno a las problemáticas educativas en el contexto de la escuela mexicana, la profesionalización docente, la filosofía de la educación, la educación indígena, la educación para la paz y la atención a niñ@s migrantes y mujeres así como la eliminación de barreras para el aprendizaje, el empleo pedagógico de las tecnologías de la información y la comunicación en las aulas, el desarrollo del pensamiento histórico, matemático y científico en la escuela son relevantes y han contribuido a que en el seno de nuestra Casa de Estudios se produzca aproximadamente el 40% de la investigación sobre educación en México.
Hoy somos una de las universidades especializadas más importantes a nivel nacional y al menos el 70% de nuestra oferta educativa es de calidad. Por ejemplo, durante tres años consecutivos, la licenciatura en psicología de la educación que ofrecemos ha obtenido el primer lugar de entre las que se imparten en el Valle de México y la licenciatura en pedagogía ha sido ubicada entre los tres primeros lugares en dicha región.
Además, la UPN con la Maestría en Desarrollo Educativo reconocida en el Padrón de Estudios de Posgrado del Conacyt, es una de las pocas universidades públicas que ofrece los estudios de posgrado en educación de calidad.
No obstante estos resultados, la UPN que cuenta con 70 unidades; 208 subsedes y tres universidades pedagógicas descentralizadas, opera con un financiamiento cuyas cifras hablan por sí solas, pues mientras el subsidio federal ordinario por alumno en el Colegio de México alcanzó el $1 262 426.00, en la UPN fue de $8, 888.00.
En el caso de los docentes, en la Universidad Autónoma de Chapingo, el monto ordinario por profesor anual fue de $3 142 641.00 mientras que en la UPN ascendió únicamente a 116 673.00. Este deterioro presupuestal ha conllevado la precarización salarial de sus académicos, lo que se hace más evidente si tomamos en cuenta que, en el año de su fundación, un profesor de la UPN ganaba el equivalente mensual a tres mil dólares y hoy -en los casos con las categorías más altas y por lo menos tres décadas de antigüedad en el servicio- apenas alcanza los mil dólares. (Garrido, S., 2018)
En los años del neoliberalismo la SEP impuso esquemas de estímulos económicos asociados a la evaluación y la productividad individuales mediante el establecimiento de una serie estímulos concursables y no incorporados al salario que en la actualidad son tres: exclusividad; desempeño docente y docencia.
Estos estímulos que no son estables, están regulados por reglamentos internos que las autoridades están obligadas a cumplir y hacer cumplir.
El primero de ellos tuvo en 2018 un monto que osciló entre $170 y $1390 mensuales dependiendo del número de grupos atendidos y el nivel de habilitación de cada profesor.
Por su parte, la beca de exclusividad ascendió a $1000.00 mensuales y el estímulo al desempeño en 2018, tuvo un monto que fluctuó entre tres y siete salarios mínimos. Pero, por supuesto, mientras más alto el nivel alcanzado fue menor el número de profesores beneficiados.
2. La problemática situación actual
En el año 2018 la situación financiera de la UPN anunciaba ya una crisis -cuyas dimensiones y razones los académicos desconocemos- y que hoy ha hecho eclosión.
En primer lugar, los límites impuestos al presupuesto de la UPN han deteriorado las condiciones de trabajo docente y de estudio de nuestros alumnos.
Con la entrada en funciones de la actual administración con el argumento de solventar el déficit presupuestal, las autoridades internas de la UPN y otras de mayor rango decidieron eliminar el estímulo al desempeño docente a partir de mayo de este año y cancelar de tajo los contratos de académicos interinos.
Ello nos coloca en una situación que no tiene más salida que la apelación a las leyes y normas que nos protegen y que regulan la evaluación del trabajo que ya hemos realizado y que garantizan los montos y plazos de los estímulos que ya hemos ganado como reconocimiento a nuestra labor.
Lo que ocurre con los académicos que cubren interinatos es muy preocupante pues en la Unidad Ajusco, el 30% de las plazas los docentes son interinos pero el resto de nuestras unidades, la proporción abarca entre el 50% y el 70%. Por lo que su eliminación implica, conculcar los derechos laborales de los trabajadores que cubren estas plazas, poner en riesgo las licenciaturas y prosgrados que ofrece la universidad y vulnerar el derecho a la educación de miles jóvenes mexicanos así como la mejora de los perfiles profesionales de cientos de profesores interesados en superarse.
3. ¿Por qué? ¿Para qué? O las incertidumbres del futuro
Ante estos hechos que mucho nos preocupan, no podemos menos que preguntarnos si el golpeteo contra la UPN tiene alguna razón y obedece a una lógica que no alcanzamos a comprender a partir del discurso ambiguo de nuestras autoridades o simplemente no se ha valorado con justicia la importancia de nuestra institución para el sistema educativo nacional.
Sean cuales sean las causas de las decisiones arbitrarias que hoy nos lastiman creemos firmemente que el silencio puede ser cómplice de las mismas. Por esta razón damos a conocer a la opinión pública la situación que hoy padecemos y demandamos:
- La regularización financiera de nuestra institución;
- El incremento de nuestro presupuesto para que sea acorde a la cantidad y la calidad de los servicios que ofrecemos;
- El pago de nuestros estímulos en tiempo y forma así como
- La basificación de los trabajadores académicos interinos.
Por la defensa del derecho a la educación de nuestros estudiantes y el respeto a nuestros derechos laborales.
Educar para transformar
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